Decepción

¿Cuantas veces has sentido que una persona que tenías en un altar se cae? ¿cuando fue la última vez que creíste en alguien y te defraudo? Seguramente si en el algún momento de tu vida te has enamorado me dirás que los has vivido. El desamor tiene como uno de sus pilares la decepción, y creo que se debe a la distorsión mental que tenemos cuando estamos enamorados de una persona, depositamos tantos deseos, tantas faltas que creamos a una persona perfecta sin darnos cuenta que no lo es. La pareja tiende a desilusionarnos muchas veces a lo largo del tiempo y aún así puede llegar a mantener su imagen de inmaculado, pero de manera contraria a veces la decepción más pequeña es la que nos abre los ojos y nos permite darnos cuenta que no estamos con la persona que desearíamos y que realmente lo que pensamos que era, no es, ¡Vaya golpe! Entonces solamente queda una cosa, desapegarnos del objeto amado, porque sabemos de antemano que si seguimos en ese camino no vamos a conseguir nada, no vamos a ir a ningún sitio y seguramente terminaremos más lastimados de lo que ya estamos. Hace algún tiempo una persona me dijo que las personas que pasan por nuestra vida van dejando diferentes tipos de heridas, alguna muy grandes pero poco profundas que podemos sanar con rapidez a pesar de lo aparatoso que se ve y otras que son muy pequeñas pero que son demasiado profundas, que pueden ocasionar un mayor malestar. Cada persona que vemos en la calle tiene sus heridas y cada uno tiene una percepción respecto al amor y desamor, de acuerdo a su experiencia. Pero algo que es una verdad es que cuando una persona deja de ser lo que era para el amante, pierde su poder, se vuelve algo que no desearíamos a nuestro lado, un estorbo y algo que queremos dejar pero que misteriosamente no podemos desprendernos. Los recuerdos tal vez, la ilusión de que las cosas vuelvan a ser como al principio, el tratar de volver a enamorarnos de la misma persona, pero todo eso que pensamos es una mentira, uno no vuelve a amar la piedra con la que te cruzaste en el camino y mucho menos cuando la piedra se vuelve piedra y deja de ser el diamante o la pepita de oro que creíamos a ver encontrado. Romper con algo que no deseamos es complicado porque siempre se guarda un cariño y no queremos herir al otro, pero no nos damos cuenta que mientras mas soportamos más nos herimos a nosotros mismos. Si estas pasando por una situación similar y buscas desprenderte de alguien llama al 55 7371 6577 y agenda tu cita, estamos para ayudarte.

Atte.Gabo.



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