¿No te cansas de extrañar?

Llevo diez años como Psicólogo y la psique humana siempre me ha sido un misterio. Los pacientes llegan y empiezan a hablar pero mi tema introductorio al proceso de terapia psicológica es que en el fondo de cualquier motivo de consulta se encubre un tema amoroso, otros ríen, otros tantos afirman y la minoría se niegan a pensar que es un problema de esa índole. El amor es una sensación genial, le llamo sensación porque no hace sentir o percibir cosas que en la normalidad no experimentamos, por ejemplo eso que llamamos mariposas en el estómago o el sentir que estamos drogados, Ortega y Gasset decía que el amor era una cuestión de concentración, porque nuestro pensamiento solamente se focaliza en la persona amada, estoy totalmente de acuerdo y creo que de ahí parte el problema del porque nos duele tanto cuando terminamos una relación. Cualquier tipo de acción que llevamos por un tiempo se puede volver en costumbre o hábito, y romper con algo que se vuelve rutinario es muy complejo porque empezamos a tener algunos pensamientos mágicos entorno a esta situaciones, pondré un ejemplo para que sea más sencillo entender, si todos los días me baño a la misma hora y me visto conforme a un orden especifico, si en algún momento lo hago de manera diferente y las cosas en el día salen mal, pensaré que se debe a que no seguí lo que hago de manera rutinaria, entonces nos aferramos a los hábitos con los que pensamos que nos va "bien". Estoy seguro que en la época inicial de una relación se vive la mejor etapa, aquella que llamamos enamoramiento, en esa fase nuestro pensamiento solamente esta en algo, el objeto o persona amada, lo que hace que llevemos un proceso de hábito que en un futuro nos saldrá caro. La fase de enamoramiento siempre, nos mostrará la mejor cara de nuestro amante, ojo chicos, sí desde el inicio, tu pareja se muestra como alguien agresivo, descuidado, desatento, etc... Seguramente en un futuro esas características se empeoren y es muy probable que después de un tiempo en lugar de amor generes una dependencia negativa con esa persona. Pero bueno regresemos al tema, cuando nuestro amante muestra la mejor de sus caras, todos quedamos enganchados, nuestra mente solo tiene un objetivo y nos la pasamos la mayor parte del tiempo maquinando como hacer que el otro pueda sentir más por mi. En ese punto hemos convertido en un hábito pensar en el otro, le escribimos y hablamos continuamente, nos acostumbramos a su compañía. Empezamos a generar un proceso, en donde sentimos que somos relevantes en la otra persona, en donde nuestro narcisismo primario se vuelve a encontrar y nos damos cuenta que también podemos ser trascendentes en otra persona, donde quizá podamos encontrar el sitio que no pudimos obtener en el Edipo. Pero nos engañamos, porque de algo debemos de tener certeza en la vida, todo lo que inicia acaba, una relación no es eterna y los finales se pueden deber a muchas causa. Finalizar algo que pensábamos infinito, nos pega y hiere profundamente, nos sentimos desvalorizados, sentimos que a pesar de que dimos lo mejor no fuimos valorados o que hay personas que cumplen con mayores virtudes. El proceso de duelo es largo y el síntoma por así decirlo que más perdura es el recordar. Extrañamos, pero la mente nos juega una trampa, porque no añoramos a la persona que fue al final mi pareja, extrañamos al del inicio, ese que nos enamoro, pero les tengo una mala noticia esa persona nunca volverá, deja de aferrarte al pasado y a sentir que las personas te dejan por tu culpa. Quitar el hábito de recordar o extrañar, es muy difícil y se requiere de tiempo y paciencia. Primero tienes que cambiar tus rutinas, fijar metas y empezar a trabajar en esos proyectos individuales, nunca se olvida y menos aquello que es trascendente para el corazón pero si aprendemos a asimilarlo, y en algún punto aprendemos a que no duela, a que la importancia sea menor. Chicos si están en un proceso muy fuerte de duelo no duden acudir en un profesional, sean constantes y verán que tendrán muchísimo éxito, no tengan miedo.

Saludos y nos leemos pronto.

Gabo.


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