Un día normal

Hay días buenos y malos, pero ¿que pasa con aquellos que son indiferentes?, los cuales no son ni negros ni blancos, sino que están en medio, en una tonalidad grisácea, en donde parece que todo transcurre con la normalidad  de siempre, esos que nosotros llamamos "rutinarios". Al terminar mi día me identifico con José Guadalupe Posada, captó a los hombres en su momento más desafortunado, ser Psicólogo es similar a esta frase, el día a día posa en el sillón a cientos de personas que se rompen, que se quitan sus mascaras y muestran la fragilidad real del ser humano, la vulnerabilidad del mismos que nada tiene que ver con su físico sino con su alma. Para mi como Psicólogo un día común tiene que ver con rupturas del alma, aquellos que no son satisfechos, que no encuentran la felicidad y que buscan hallarla en alguien que no es uno mismos, que perdidos estamos, tratando de buscar nuestra falta en aquel que tampoco no tiene ni idea de lo que buscamos, eso quiere decir que siempre buscamos aquello que esta perdido y que ilusamente sentimos que hemos encontrado, al darnos cuenta que nuestras esperanzas y sueños no se encuentran depositadas en alguien, nos resquebrajamos o desmoronamos como si fuéramos una pieza de pan de dorado, parece como si la flecha de la realidad hubiera llegado demasiado lejos, como si hubiera atinado en el centro de nuestro ser y empezáramos a rompernos. Esa triste realidad es con la que en la mayoría de los casos me enfrento, volver a armar ese rompecabezas, reconstruir aquel bello edificio o volver a darle forma a esa hermosa escultura que fue herida, lastimada de muerte, es a lo que me dedico, soy un Escultor de Almas. Que una persona se de cuenta de las herramientas que posee para salir del pozo en el que esta hundido es complejo, la necedad, traumas, mecanismos de defensa, ayudan a la persona para que no se de cuenta de la "realidad, de que como dice Julia Kristeva los ilumina un sol negro que no los deja ver los colores y matices de la vida, se aferran a la decepción de la vida, es ahí donde puede ver la pulsión de muerte de la que habla Freud, el deseo del paciente a volver a ser inanimado. Hay días que la transferencia hace efecto, sientes que las cosas van mal, cuestionas el hacer como Psicólogo pero siempre hay algo que te dice que los días como este puede salir adelante, buscas la manera y todo es correcto, la realidad es que aunque suene cruel uno se acostumbra a las almas rotas. Un día normal es un día de conversación, de dar a notar al otro que no hay mayor soledad que perderse a uno mismo.

Gabo


Comentarios

  1. Esto en muy cierto ,,todavía no me puedo encontrar,,aunque vivo con mis hijos y convivo con mi familia, me siento infinita mente sola,, porque me perdi 😖😖gracias por compartirnos esto!!!!

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