Si mi vida depende de ti, entonces no quiero vida. (Dependencia Emocional)

"Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima."

Sí porque cada vez que me ignoras siento una muerte pequeña, cada rechazo tuyo es algo que me hace sentir un abismo, mi cuerpo y alma esta lleno de heridas que aún no cicatrizan, las palabras siempre llegan a lo más profundo del ser, hoy me doy cuenta que es cierto, estoy herido y siento la muerte, recuerdo cada uno de tus desprecios, de las groserías y de tu forma altanera de comportarte. Me amenazabas con tu partida, con dejarme y me hacías creer que nadie más se iba a fijar en mi, que solamente eras tú quien podías brindarme todo el amor que me hacía falta e ilusoriamente te creí. Me percate que mis emociones mejoraban o empeoraban según el tipo de relación que tenía contigo, si estaba bien era la persona más feliz, era amable y sonreía a los demás pero al más mínimo percance era irritable, irascible y grosera con las demás personas que no tenían nada que ver con la situación que tu y yo estábamos atravesando. Muchas veces me subestimaste, me dijiste que mi apariencia no era de tu agrado, que estaba gorda y que ya no te excitaba, vaya golpes que recibí, me comparaba con otras mujeres y siempre salía perdiendo, los demás siempre tenían mejores virtudes que yo. Cuando me "castigabas" y me dejabas de hablar durante días, yo sentía la peor desesperación, tenía miedo, ansiedad, pensaba que me cambiabas por alguien, que me ibas a dejar y que yo no iba a poder seguir. Realmente vivía un tormento, siempre trataba de hacer todo para complacerte, para que estuvieras bien y feliz pero parecía que nunca era suficiente. Era una decepción para mi misma, pero un día me di cuenta de la farsa, tu tenías a alguien más y todo lo que yo hice para complacerte, me di cuenta que era un juego para ti. Me derrumbe, sentí la muerte, era como si me hubieran enterrado un machete en el centro del pecho y lentamente fuera desangrando. Pero acudí con un profesional, me dijo que el dolor que sentía era normal, pues perder a alguien que amas es un hecho importante el cual no desaparece de la noche a la mañana, que tendría que aprender de mi dolor y saber porque me había dejado tratar de la manera en la que estaba. Fue la peor lucha interna que viví, quería buscarte y de nuevo ponerme de rodillas para ser tu súbdita, con todo aquello que conlleva, pero aguante, solo fue un tiempo y cada vez me quite el velo, vi el humano que eres y entonces decidí dejarte. 

Vivir así no es vida, prefiero el sabor de la soledad a la amargura de una compañía que te rompe día a día.  



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