El asiento de costurero


Hoy conversando con una paciente, mencionó algo que me hizo demasiado sentido: "Llegas te sientas en tu silla, coses tu docena de faldas y así se te va el día", todo esto haciendo referencia al número de pacientes que veo en el día, que me cuentan su historia y trato de regresarles contenido que les pueda aportar algo en su vida simbólica. No hay duda ese asiento, es un lugar de muchas sensaciones, uno puede experimentar profunda alegría por que un paciente muestra una mejor organización en su vida, tristeza debido a la historia que escucha, ansiedad por que se termine una sesión, frustración  y hasta la terrible sensación de vació. Pero también ese asiento es un lugar que absorbe tiempo de la vida privada del Psicólogo, porque de igual manera el tiempo que entregamos a algo que nos apasiona hacer, es el tiempo que le quitamos a otras actividades. A veces no visualizamos los riesgos que existen al estar sentado en ese lado de la silla, escuchar y analizar historias no es una tarea sencilla porque de ser así cualquiera lo podría hacer de forma exitosa. Todos los días me convenzo que escuchar un relato de cada paciente que llega es una pasión, a la cual me entrego de manera vertiginosa, sin importar nada de lo que pasa en el exterior. Me sumerjo en la historia y como alguna vez leí, hoy considero que mi vida es similar a la de un arquitecto, contemplo la belleza de algo derrumbado u olvidado pero me magnífico ante la idea de lo que se puede crear, siempre veo oportunidades, desarrollo y crecimiento. Pero el Psicólogo también vive y tiene complicaciones en su vida cotidiana, y aquel Psicólogo que no puede tener un auto-control sobre sus situaciones creo que difícilmente podrá llevar a otros de manera exitosa. Ese control o dominio de uno mismo es lo más complejo, hoy lo comprendo, concentrarte, prestar atención y deshacerte de todo aquello que no esta en el aquí y el ahora para poder estar, no es cosa simple. Hoy veo el trabajo que hago con otros ojos, con aquellos ojos que ven trabajar a una maquina de millones de piezas que no es muy comprensible  pero hacen un labor impecable. Ser Psicólogo es trabajar con aquello inimaginable, intangible e irreal, es tratar de dar un sentido al sin sentido, es buscar la estabilidad en lo inestable. Es el camino de la aceptación en la dualidad. 


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